La Toxina Botulínica (comunmente conocida por la marca Botox®) es una proteína purificada que tiene muy diversos usos hoy en día. En su fase cosmética se aplica para reducir el movimiento excesivo del músculo, ayudando a minimizar líneas de expresión en frente, alrededor de los ojos, nariz, boca, mentón, cuello e incluso en el escote.
Ayuda a elevar las cejas, evita la risa gingival, minimiza cicatrices y reduce la hipertrofia del músculo masetero. También se usa en el tratamiento del Bruxismo (tensión en mandíbula) y de la Hiperhidrosis (sudoración excesiva).
Es un producto muy seguro y los efectos adversos del Botox son mínimos. Sus beneficios pueden durar hasta 4 meses. Las aplicaciones que tiene este material son muy variadas y depende del caso y objetivo de cada paciente.